domingo, mayo 16, 2010

Yo.

Tu-tu-tú, tu-tu-tú… Era el despertador de mi madre. Nunca me han gustado los despertadores, odio brincar de mi cama y amanecer asustada por ese tonito. Prefiero mi reloj natural que para mi buena suerte en toda mi vida no me ha fallado más de un par de veces, para mi mala suerte en muchas ocasiones me levanta 1 o 2 horas antes.
Ese despertador, el sonido de las regaderas de los vecinos y del metro pasar, el radio de mi papá y los pasos de mi mamá en el pequeño pasillito antes de salir por la leche. Me di cuenta que yo estaba por terminar mi noche mientras otros comenzaban ya su día…
Mi noche no acabó ahí, parece que sigue siendo miércoles 16 y es tan temprano y yo no sé ¿Por qué putas no puedo dejar de pensar en factoriales, lanzamientos de monedas y dados y no-sé-cuantas-pendejadas-más y dormir una pinche hora?

17-09-2009

Adriana Salgado Durán


Morir es un arte, como cualquier otra cosa.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Lo hago para sentirme hasta las heces.
Lo ejecuto para sentirlo real.
Podemos decir que poseo el don.
Es bastante fácil hacerlo en una celda.
Muy fácil hacerlo y no perder las formas.
(...)
Desde las cenizas me levanto
con mi cabello rojo
y devoro hombres como el aire.


-Sylvia Plath. Fragmento de "Lady Lazarus"



Fotografía: Yo. Tan invisible, como siempre.
Tan yo, tan Adriana, tan simple, tan yo (otra vez).
Adriana fugaz, Adriana volátil.
¡Que me desvanezco!, ¡que me desvanezco!
Por el Sol...
Que miro y no alcanzo, como siempre, no alcanzo.
Tan inútil, tan Adriana, tan efímera, tan yo (otra vez, otra vez)
Y, a todo esto... ¿Quién coños soy?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Exprésate! Opina, escribe, critíca, siente, piensa, imagina, crea, construye; eres humano y ésta es tu naturaleza.